La vida tras las rejas puede ser una larga cadena de días monótonos, pero para Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, esos días fueron un terreno fértil para idear un plan para tratar de conseguir un nuevo juicio.
Tras ser declarado culpable en Estados Unidos por cargos de narcotráfico, García Luna no se resignó a su destino.
Desde el interior del Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Brooklyn, Nueva York, diseñó una estrategia para fabricar testimonios falsos que le permitieran conseguir un nuevo juicio. Pero lo que parecía un plan cuidadosamente hilado, pronto se desplomó.
El 7 de agosto, un documento firmado por el juez Brian Cogan, encargado del caso de García Luna, dejó claro que los esfuerzos del exfuncionario para torcer el destino no dieron resultado.
La defensa de García Luna había solicitado un nuevo juicio, pero sus argumentos se desmoronaron cuando se descubrió que, tras las rejas, el acusado había intentado sobornar a otros reclusos para crear pruebas falsas.
El plan era sencillo pero audaz: desde el MDC, García Luna buscó que los internos fabricaran declaraciones que apoyaran su moción para un nuevo juicio. Sus abogados, sin saberlo, presentaron estas pruebas ante el tribunal, creyendo en la veracidad de los testimonios. Sin embargo, todo era una farsa.
Los actores en el escenario del MDC
- Los reclusos involucrados en esta trama eran personajes con pasados oscuros y condenas severas. Entre ellos, Edgardo Mejía, detenido por explotación sexual y pornografía infantil; y Juan Carlos Nava Valencia, alias ´El Tigre´, exlíder del Cártel de Milenio. A ellos se unían otros nombres conocidos en el mundo del narcotráfico, como Óscar Nava Valencia, alias ´El Lobo´, y Édgar Veytia, alias ´El Diablo´, exfiscal de Nayarit.
Mejía fue quien, bajo juramento, afirmó haber visto a ´El Tigre´ usando un celular de contrabando para comunicarse con su hermano y con Veytia, con el fin de coordinar sus testimonios antes del juicio de García Luna.
Esta declaración, presentada por la defensa del exfuncionario, parecía robustecer la versión sobre una conspiración del ex policía de Felipe Calderón.
La trama se desmorona
Las autoridades estadounidenses, escépticas ante estas acusaciones, entrevistaron a ´El Tigre´, ´El Lobo´, y ´El Diablo´ por separado. Las respuestas fueron contundentes: ninguno de ellos había participado en la supuesta coordinación de testimonios. Las declaraciones de Mejía no solo carecían de fundamento, sino que estaban completamente fabricadas. La farsa de García Luna comenzaba a desmoronarse.
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